¿La historia de la vida comienza con el sexo, o, el sexo da lugar a las primeras formas de vida?, esta exposición es una oportunidad perfecta para reconciliarnos con las materias reprobadas de biología o química, o también de los tabúes que nos acarrea nuestra educación o sentimientos –o será mejor dicho torrente de químicos-, esta exhibición es la ocasión para darse cuenta de la naturalidad de distintos procesos que nos ocurren y nosotros interpretamos de diversas maneras buscando el sentido de estos padecimientos.
El intercambio de información genética data desde los primeros organismos vivientes rara su reproducción y evolución, pero, ¿puede usted imaginar eso?, andar cambiando información como cambiar estampitas o canicas o que se yo, ¿dónde queda toda la pasión y las maripositas en el estomago?; la idea de perfeccionamiento de alguna especie era algo aburrida con respecto a ese tema.
La evolución es lo que nos ha permitido ya no solo la búsqueda de placer , sino también, la búsqueda de todo ese erotismo que engloba al hombre dentro de su estadio instintivo y racional donde su fusionan arroyos de hormonas, dopamina, material genético y ¿Por qué no? En ocasiones “amor”.
Ya siendo un poco mas serio al respecto, el museo expone una gran investigación acerca de los inicios del sexo, como es que ha variado conforme al tiempo y las especies; en acción conjunta de representarlo de las dos maneras posibles una científica -citando químicos y substancias al por mayor-, y por otra parte una artística-defendiéndose poéticamente con uñas, dientes y metáforas- .
Si tan solo supieran lo que libera al instante el beso de la amada, libera nubes, montañas y ríos y ríos de procesos químicos que nuca se imaginarían que tienen lugar con tan solo el roce de sus labios.
El beso es una de las formas es las que se denota un intenso amor por otra persona, además de llevar consigo una serie de procesos en los cuales interviene de forma directa el sistema nervioso central además de una gama enorme de hormonas que afectan el cuerpo entero, por eso es que un beso es sublime y nos hace sentir vivos, ¿Cómo es que uno no puede sentirse vivo con tremenda taquicardia generada por la noradrenalina? ¿O desear a la mujer o al hombre como nunca cuando tenemos mares de sentimientos y testosterona? Cuesta un poco de trabajo aceptarlo pero pareciera que no somos mas que un saco de químicos reaccionando, lo que me reconforta es que si bien somos un saco de químicos este reacciona al compas del eros.
La ciencia se defiende bien con sus formulas pero en esta esquina del lado de los artistas y poetas tenemos del deleite de los grandes como Fernanda Romandía, Laura Chenillo, Tomas Segovia, Yolanda Paulsen, Octavio Paz, José Porras y Elena Somonte entre otros.
El erotismo es un aspecto fundamental sobre el que se requiere una educación en la sociedad no puede quedar religado a la condena, no es cosa del diablo ni mucho menos, es algo que nos compete y conforma de una manera activa a cierta edad y que si bien es interesante saber cuales son los químicos que nos cautivan tanto es mucho mas interesante tener una educación al respecto de estos temas para no quedar en la ignorancia e incurrir en dogmas y ante el desconocimiento ahí aparecen los conflictos.
El Museo de Historia Natural y de Cultura Ambiental está ubicado en la segunda sección del Bosque de Chapultepec s/n, Delegación Miguel Hidalgo, C.P. 11800. El horario de visita es de martes a domingo de 10:00 a 17:00 hrs. El costo es $20.00 para público general, $10.00 para estudiantes y maestros que presenten credencial vigente. Gratis para adultos mayores y grupos vulnerables. El martes entrada libre para todo público. Para mayores informes comunicarse a los siguientes teléfonos: 5515-2222, 5515-6304, 5516-2848; o al sitio en Internet: www.sma.df.gob.mx/mhn.
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